Allá por finales de 1974, Aerosmith estaban terminando de grabar su tercer álbum Toys in the Attic, cuando en un descanso, entre canción y canción, Joe Perry comenzó a improvisar con guitarra y de pronto le salió el mítico riff del comienzo de esta canción. Steven Tyler que andaba por allí, le dijo que no parase que le gustaba mucho y que debería hacer una canción con eso e incluirla en el disco. Así se pusieron a la faena, al menos la parte instrumental, porque había un problema, no se le ocurría una letra. Pasaron las horas y no tenían ni una frase para la canción, así que como el disco ya estaba prácticamente grabado a la gente que estaba trabajando en el estudio y los propios músicos, empezaron a pensar que mejor sería dejar de perder más tiempo y dedicarse a finalizar la grabación del disco. Pero a última hora, en vez de concluir, los músicos decidieron tomarse un respiro y salir un rato a la calle porque llevaban todo el día en el estudio, y se fueron a un cine cercano.
La película que vieron fue: "El Jovencito Frankenstein" dirigida por Mel Brooks, y mientras estaban viendo la película vino la inspiración. Había un personaje, muy feo, jorobado y con los ojos saltones, llamado Igor (interpretado por Marty Feldman) que cada vez que alguien entraba al castillo, él debía recibirlos y le hacía una señal con el dedo indicando que se acercasen a él y le acompañaran, diciéndoles. -Walk this way. Al escuchar eso a Tyler se le iluminó la bombilla y a partir de esa frase empezó a escribir la letra. Un par de horas después de terminar la película, el disco había sido terminado incluyendo la canción Walk this way.
El albúm Toys in the Attic, se publicó en abril de 1975.
Esta es una recopilación de historias y anécdotas, aderezadas con canciones inspiradas o compuestas en el Chelsea, ahora que ya no aceptan a más inquilinos y sus nuevos dueños esperan que aquellos que quedan, abandonen el edificio para convertirlo en un hotel-boutique de lujo.
El Chelsea Hotel, construido en 19983, está situado en el 222 Oeste de la Calle 23rd, entre la Séptima y la Octava avenida.
Poco lugares en el mundo podrían superar el historial de escándalos o presumir de haber albergado tanto talento como el Chelsea Hotel de Nueva York. En su interior, se crearon novelas, canciones, películas, cuadros que han marcado o influido a varias generaciones y millones de personas. Y todo sucedió en un entorno cargado y excesivo, dominado en muchos casos por las drogas y el alcohol, a veces cutre, y con la sombra de la muerte y destrucción merodeando cerca.
El Chelsea sirvió de refugió para muchos escritores. Arthur C. Clarke escribió “2001, Odisea en el Espacio” durante su estancia en él. Jack Kerouac dió vida, en solo 3 semanas, a la considerada como Biblia de la Generación Beat, “On the Road".
En ‘la vieja señora de la calle 23’, como así la conocen los neoyorquinos, han vivido durante largos periodos de su vida muchos famosos relacionados con cualquier tipo de arte.
Entre los músicos inquilinos más populares se encuentran Keith Richards, Patti Smith, Virgil Thomson, Dee Dee Ramone de The Ramones, Henri Chopin, John Cale, Édith Piaf, Joni Mitchell, Bob Dylan (escribió en este hotel 'Sad eyed lady of the lowlands' dedicada a Sara), Janis Joplin, Jimi Hendrix, Sid Vicious,Vasant Rai, Richard Hell, Ryan Adams, Jobriath, Rufus Wainwright, Leonard Cohen, Anthony Kiedis....
Del séptimo arte, Stanley Kubrick, Shirley Clarke, Mitch Hedberg, Miloš Forman, Lillie Langtry, Ethan Hawke, Dennis Hopper, Uma Thurman, Elliot Gould, Jane Fonda, Gaby Hoffmann...
Y entre los escritores legendarios destacan Mark Twain, Nelson Algren, William Burroughs, Thomas Wolfe y Arthur Miller.
Cuenta la leyenda, que Leonard Cohen buscaba a Brigitte Bardot por los pasillos del Chelsea cuando de repente coincidió con Janis Joplin en el ascensor preguntando por el también cantante Kris Kistofferson . Cohen, deslumbrado por su belleza fue rápido en la respuesta: “Yo soy Kris Kistofferson.” Janis se echó a reír y en ese momento dejó de buscar al guapo y rubio Kristofferson para quedarse con aquel judío narigón del ascensor.
Cada vez que Leonard Cohen canta “Chelsea Hotel No. 2″, Janis Joplin está viva, tomándose un trago de Southern Comfort mientras se arregla frente al espejo, en la habitación 1010 del hotel Chelsea.
Recibiendo su dosis diaria de morfina, casi tan drogado como nos canta Joey Ramone explicando una de sus experiencias en el Chelsea
Bob Dylan, encerrado en la 211 escribió su famosa “Sad Eyed Lady Of The Lowlands” , dicen las malas lenguas que tomando como musa a una de las chicas que formaban parte del grupo de Andy Warhol.
En el Chelsea Hotel también se han grabado películas, como la película experimental e icono underground “Chelsea Girls” fue rodada allí en 1966. Dirigida por Paul Morrissey y Andy Warhol. En ella aparecía gran parte del “séquito” que acompañaba por aquella época a Warhol. Gente como Brigid Berlín, Gerard Malanga, Internacional Velvet, María Woronov, Ingrid Superstar y Eric Emerson. Aunque de todos los que aparecen en el film, sólo el poeta René Ricard vivia allí en aquella época.
Una anécdota curiosa fue la vivida por Patti Smith, A comienzos de los 70, Patti y su novio, el fotógrafo Robert Mappelthorpe llegaron al Chelsea con la intención de alojarse pero sin un dolar en el bolsillo. “Soy Patti Smith, él es Robert,Mapplethorpe, fotógrafo, y no tenemos dinero. Pero pronto seremos famosos y podremos pagarle” cuentan que dijo Smith al llegar a la recepción. Stanley Bard, el dueño del hotel, les dejó que pasaran la noche sin pagar. Años después la cantante homenajeó al Chelsea ilustrando la portada de su disco Horses con una foto hecha por Mapplethorpe de una de las habitaciones.
(Patty Smith desde el balcón de una de las habitaciones)
Pero el Chesea también guarda algunas historias trágicas.
En la mañana del 12 de octubre de 1978, Sid Vicious , el bajista de los Sex Pistols se despertó y se encontró a su novia Nancy muerta en el suelo del lavabo de la habitación número 100 con una puñalada en el abdomen. Vicious fue arrestado y acusado de su asesinato, pero él decía no tener ningún recuerdo de haberlo hecho. Muchas teorías mantienen que Nancy fue asesinada por uno de los dos traficantes de drogas que visitaron aquella habitación esa noche y que, probablemente, también tenían la intención de robar, pues algunos artículos no se encontraron en la habitación.
Unos años antes, en diciembre del 53 murió de una tremenda borrachera el poeta Dylan Thomas, que según cuentan, sus últimas palabras fueron "he bebido 18 vasos de Whisky, creo que es todo un récord".
Y como no, en el Chelsea también cuenta con su propio fantasma. Mary (así es conocida) que se ahorcó en la octava planta al conocer que su marido había muerto en el Titanic y que a veces se aparece llorando por los pasillos.
* Otras canciones que han sido inspiradas por el Chesea.
“Third Week in Chelsea” (Jefferson Airplane).
”Why Should I Worry” (Billy Joel).
”Hotel Chelsea Nights” (Ryan Adams).
”Chelsea Morning” (Joni Mitchell).
”Chelsea Girls” (Nico).
”Chelsea Burns” (Keren Ann)
"We will fall" (The Stooges)
"Midnight in Chelsea" (Bon Jovi)
Hoy 23 de agosto se cumplen 83 años de la injusta muerte de Sacco y Vanzetti y desde aquí, en RL&B un pequeño homenaje a estas dos personas. Que su memoria no caiga en el olvido
En la década del 70, en plena lucha en contra de la Guerra de Vietnam, la cantante estadounidense Joan Báez, ex esposa de Bob Dylan, escribió una canción que volvió a sacar de las sombras el proceso contra Sacco y Vanzetti.
Esta canción, es la segunda parte de tres de la "Balada de Sacco y Vanzetti" compuesta para la película "Sacco & Vanzetti" por Ennio Morricone y Joan Báez, la letra esta basada en una de las tantas cartas escritas por Vanzetti desde prisión.
Sacco y Vanzzeti fueron acusados de crímenes que no cometieron y condenados por un juez que despreciaba a inmigrantes y anarquistas. Sus nombres se convirtieron en un icono de las luchas obreras y por la libertad.
Los anarquistas italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti se convirtieron en un símbolo de la lucha por la libertad luego de declararse inocentes de dos crímenes por los que fueron ejecutados hace 85 años en Estados Unidos.
En 1925, un asesino condenado confesó su participación en esos dos crímenes por los que acusaba a Sacco y Vanzetti: el asesinato del cajero Frederick Parmenter y su guardia Alessandro Berardelli, ocurrido durante un robo en una fábrica de calzado en el pueblo de South Braintree, en el estado de Massachusetts, en 1920.
Sin embargo, todos los intentos de reabrir el juicio contra los anarquistas fracasaron, incluido un pedido de clemencia del Papa Pío XI para que no se los ejecutara.
El zapatero Sacco nació en la ciudad italiana de Torremaggiore, el 22 de abril de 1891, y luego emigró a los Estados Unidos cuando tenía 17 años. En tanto, Vanzetti era oriundo de Villafalleto, en el Piamonte, donde nació en 1888. Ambos llegaron a Estados Unidos en 1908.
"Si no hubiera sido por estas cosas, yo podría haber vivido mi vida hablando en las esquinas...", dice Vanzetti, según el reportero Philip D. Strong, quien lo visitó en prisión en mayo de 1927, poco antes de que fuera ejecutado junto a Sacco, de acuerdo al periodista estadounidense Douglas Linder.
"Yo podría haber muerto, sin marcas, sin saberlo. Ahora no somos un fracaso. Esta es nuestra carrera y nuestro triunfo. Nunca en toda nuestra vida podríamos haber realizado los trabajos para la tolerancia, la justicia, la comprensión del hombre por el hombre, como ahora lo hacemos por accidente (...) señaló el pescador Vanzetti.
Ambos fueron considerados "mártires", ya que la justicia de aquellos años -posteriores a la Primera Guerra Mundial- estaba "sesgada" y existía una gran polémica sobre su presunta culpabilidad, lo que provocó manifestaciones de repudio en todo el mundo, incluida la Argentina.
Las crónicas de la época señalan que el juicio se inició el 14 de julio de 1921, en una atmósfera antirracial y antianarquista, y que finalmente, el 23 de agosto de 1927, fueron ejecutados por electrocución.
Ochenta y cinco años atrás hubo manifestaciones en Nueva York, Londres, Amsterdam y Tokio, así como huelgas en varios países de Sudamérica, entre ellas la Argentina, como forma de repudiar las ejecuciones.
Reconocidos intelectuales estadounidenses como Felix Frankfurter, Upton Sinclair, John Dos Passos y Dorothy Parker, así como el dramaturgo británico George Bernard Shaw y el escritor H.G. Wells, pidieron la libertad de Sacco y Vanzetti.
Tal vez porque las autoridades querían que su ejecución sirviera de escarmiento, o porque el juez Webster Thayer detestaba a los inmigrantes o a los anarquistas que llegaban a Estados Unidos, la pena capital fue dispuesta sin escuchar los pedidos de clemencia.
En una carta enviada a su hijo desde la Prisión Estatal de Charlestown, el 18 de agosto de 1927, Sacco señala: "(...) recuerda siempre, Dante, que en el juego de la felicidad no tienes que usarlo para tí solo, sino mirar un paso detrás de tí, ayudar a los débiles que piden ayuda, ayudar a los perseguidos, a las víctimas, que son tus mejores amigos".
"(Ellos) son los camaradas que luchan y caen, como cayeron ayer tu padre y Bartolo por la conquista de la alegría, de la libertad para todos y para los trabajadores pobres. En esta lucha por la vida encontrarás más amor y serás amado", dice Nicola.
El día de la ejecución de Sacco y Vanzetti se realizó un paro general en la Argentina decretado por las centrales obreras, y la noticia de la muerte de los anarquistas fue seguida por las pizarras de los diarios de Buenos Aires, como recordó el escritor Osvaldo Bayer en una nota publicada en 2007 en el diario Página/12.
En 1977, el gobernador demócrata de Massachusetts, Michael Dukakis, señaló en una proclama que a Sacco y Vanzetti.
"No se le había dado un trato justo y que ningún estigma debía ser asociado a sus nombres".
Todas las imágenes que se ven, son de las grandes manifestaciones que se dieron lugar en Estados Unidos y en todo el mundo para salvar a Sacco y Vanzetti de su ejecución a muerte.
El hecho ocurrió en diciembre de 1971. Deep Purple alquiló un estudio móvil para grabar su sexto álbum (Machine Head) en Montreaux, Suiza. Instalaron todos los equipos e instrumentos en el edificio del Montreaux Casino para iniciar el trabajo de grabación. Paralelamente, Frank Zappa y su banda, The Mothers of Invention, ofrecía un concierto en este casino y durante la interpretación de King Kong, uno de los asistentes lanzó una luz de bengala, lo que hizo que el techo empiece a arder. Las llamas consumieron todo. La gente comenzó a salir por las ventanas, mientras Zappa intentaba calmar a la gente, Cuando Gillan y Glover volvieron al hotel, desde allí contemplaron el incendio que se elevaba como 30 metros sobre las tranquilas aguas del lago, fue cuando Glover apuntó en un papel las palabras "smoke on the water" e Ian Gillan escribió el resto de la canción. Al final tuvieron que grabar lo demás en el Grand Hotel de Montreaux. Como dato curioso: Ritchie Blackmore no grabó la canción con su habitual Fender Stratocaster, fue hecho con una Gibson ES-355 El riff de la canción, fue elegida como mejor riff de la historia por la London Tech Music School en el 2008. Un año antes, se batió el récord Guiness al juntar a 1683 guitarristas para tocar este riff en el Community American Ballpark en Kansas, Estados Unidos. (vídeo del momento)
La letra en español
Salimos hacia Montreux En la orilla del lago Ginebra Para grabar con una unidad móvil No teníamos mucho tiempo Frank zappa y The Mothers Estaban en el mejor sitio Pero algún estúpido con una bengala Quemó el lugar hasta los cimientos. Humo sobre el agua, fuego en el cielo Humo sobre el agua Incendiaron el casino Se consumió con un ruido aterrador Funky Claude entraba y salía corriendo Sacando a los niños Cuando todo terminó Tuvimos que buscar otro lugar Pero el tiempo en Suiza se acababa Parecía que íbamos a perder la carrera Humo sobre el agua, fuego en el cielo Humo sobre el agua Terminamos en el grand hotel Estaba vacío, frío y mugriento Pero con el camión de los Rolling Stones afuera Conseguimos componer nuestra música Con unas pocas luces rojas y camas viejas Tuvimos un lugar donde sudar No importa lo que sacamos de ésto Sé que nunca olvidaremos Humo sobre el agua, fuego en el cielo
Escrita en 1988, "Polly", fue dejada fuera del álbum debut de la banda de 1989, Bleach porque Cobain creía que no era consistente con el sonido grunge de la banda en ese entonces. Sin embargo, encontró su camino en el segundo álbum de la banda, Nevermind, y formó parte del set list de la banda hasta el final de la misma, en abril de 1994. "Polly" está basada en la historia real de una menor víctima de una violación en Tacoma, Washington, la niña vio al secuestrador como una persona y se ganó su confianza, aprovechando un descuido de éste para escapar. Kurt leyó la historia en un diario y le impactó tanto que decidió escribirle una canción. Lo impactante de esta canción es que Cobain se pone en el papel del secuestrador. El tema "Polly" tiene un enorme peso sobre Cobain, unos años más tarde, dos hombres capturaron a una chica y la violaron sonando Polly de fondo, Kurt Cobain se enteró de esto repudiándolo totalmente, incluso dejo una nota al final del disco Incesticide. " El año pasado, una niña fue violada por dos desperdicios de esperma y huevos mientras cantaban la lirica de nuestro tema "Polly". Tengo dificultades al pensar que hay plancton así en nuestro publico. Perdón por ser tan analmente P.C. pero eso es lo que siento. " y aquí la nota completa en inglés: http://www.nirvanafreak.net/albums/notes/incenote.shtml
Tears In Heaven es la canción que compuso Eric Clapton en memoria de su hijo fallecido, llamado Conor, quien murió el 20 de marzo del año 1991 al caer accidentalmente de la ventana de un piso 53 de un rascacielos en Manhattan, New York, a la edad de cuatro años. Clapton compuso esta balada 9 meses después, llegando a ser un éxito masivo. Clapton escribió la canción junto a Will Jennings y figuró inicialmente en la banda sonora de la película Rush, en 1992, donde ganó tres premios Grammy en 1993. También se incluyó en su apreciado álbum formato acústico lanzado en 1992, Unplugged (la versión del vídeo de hoy). Jennings reviso la letras como la habían dejado Clapton y su banda en el estudio. No tenían ni idea de que sería un gran éxito en esos momentos. Jennings mencionaría años después "Es más, a través de mi mente estaba tan implicado en la sensibilidad del tema que ni siquiera pensé en eso. Soy un apasionado de todas las canciones que escribo, pero esto fue distinto". Clapton dejó de interpretarla en 2004, así como la canción "My Father's Eyes". A propósito de ello dijo: "Ya no siento tanto la pérdida, que es parte de la realización de esas canciones. Realmente tengo que conectar con los sentimientos que estaban allí cuando las escribí. Mi vida es diferente ahora. Probablemente sólo necesitaré un descanso e introducirlas desde otro punto de vista mas separado al sentimiento".
TEARS IN HEAVEN - LAGRIMAS EN EL CIELO ¿Sabrías mi nombre si te viera en el cielo? ¿Sería lo mismo si te viera en el cielo? Debo ser fuerte y continuar, Porque sé que no puedo estar aquí en el cielo. ¿Cogerías mi mano si te viera en el cielo? ¿Me ayudarías a recuperarme si te viera en el cielo? Buscaré mi vía, de noche y día, Porque sé que no puedo quedarme aquí en el cielo. El tiempo puede echarte abajo, puede doblar tus rodillas, puede romperte el corazón, tienes que estar aquí por favor estar aquí por favor Después de la puerta, seguro hay paz, y sé que no habrá más lágrimas en el cielo. ¿Sabrías mi nombre si te viera en el cielo? ¿Sería lo mismo si te viera en el cielo? Debo ser fuerte y continuar, Porque sé que no puedo estar aquí en el cielo. Porque sé que no habrá más lágrimas en el cielo.
Nació en 1972 en Santiago de Chile, con dos años de edad emigró a Perú donde residió unos meses y en noviembre de 1974 llegó a Londres con sus padres y hermana, exiliados del régimen militar de Augusto Pinochet.
En Inglaterra residió en Harston y Bristol, donde recibió la educación preescolar.
Llegó a España en diciembre de 1978, tenía seis años. Comenzó a estudiar, en Madrid, informática a los 8 años y música a los 10 años, cuando se compró su primera guitarra; inscribiéndose posteriormente en la academia Rockservatorio, donde estudió guitarra, solfeo y armonía con Jero Ramiro. Su primer trabajo en un estudio audiovisual fue a los 15 años, desde ese momento no paró de estudiar y perfeccionarse, tanto en música como en informática, hasta conseguir una magnifica carrera como productor musical.Con sólo 18 años, fue Disk-jockey residente de la mítica Sala Canciller de Madrid, desde 1990 hasta 1993. Posteriormente realizó la misma actividad en otro local emblemático del Heavy en Madrid, La Urbe del Kas, hasta 1995. Estas actividades eran paralelas a sus estudios musicales, y a su empleo como administrador de redes y sistemas informáticos, y encargado del área de grafismo y diseño en la empresa Aysav S.A.de Madrid.
Su carrera como productor musical comenzó en los antiguos estudios Sintonía de Madrid donde colaboró con productores nacionales e internacionales como como Alejandro Sanz, Amaral, Celtas Cortos, Nacho Vegas, Rosana, Joaquín Sabina, Mägo de Oz, Luis Cobos, Saratoga, Los Pecos, Sergio Dalma, Sôber, Stravaganzza, Skizoo, Dark Moor, WarcrySkunk D.F.], Ebony Ark, Coilbox, Dreamaker, Silver Fist, Miguel Bosé, Terroristars, Infernoise, FreakMind, etc.
Murió en Madrid el 31 de julio de 2006 , tras un cáncer de páncreas que le descubrieron unas cuantas semanas antes, cuando acababa de finalizar en Murcia la producción del nuevo disco de Skizoo.
Y serás canción es una canción homenaje. Está interpretada por diversos artistas entre los que están:
Carlos Escobedo (Savia)
Leo Jiménez (Solista - Stravaganzza - Ex-037 - Ex-Saratoga)
David Curtonates (Terroristars)
Morti (Skizoo)
Silver (SilverFist)
José Andrëa (Ex Mägo de Oz, Uroboros)
Beatriz Albert (Ebony Ark)
Belén Arjona (Belén Arjona)
Jorge Escobedo (Skizoo)
Txus Di Fellatio (Mägo de Oz - Burdel King)
Jorge Salán (Ex-Mägo de Oz y Jorge Salán)
Alberto Marín (Skunk DF)
Rodrigo Muro (Cruz de Santiago)
Mohamed (Mägo de Oz)
Isabel García (arreglista de Savia)
Pepe Herrero (Stravaganzza)
Jero Ramiro (Ex-Saratoga - Santelmo)
Rown Houland (Infernoise)
Jesús Pulido (Savia)
Fernando Almoneda (Savia)
Alberto Madrid (Savia)
En 1972, Elvis Presley quería conocer a Led Zeppelin. Su promotor común de entonces, Jerry Weintraub, condujo a Jimmy Page y a Robert Plant a la suite del hotel de Las Vegas en la que se encontraba. Por unos minutos, el Rey les ignoró. Jimmy Page comenzó a ponerse nervioso. ¿Qué estaba pasando? ¿Realmente quería conocerles? ¡Debían ellos romper el hielo? Elvis finalmente se volvió y dijo: "¿Son ciertas esas historias que se cuentan sobre vosotros en la carretera?". Plant respondió: "Por supuesto que no. Somos hombres de familia. Mi mayor placer es pasear por los pasillos del hotel cantando tus canciones". Y Plant ofreció su mejor imitación de Elvis cantando: "Treat me like a fool". Por un momento, Elvis les miró a ambos detenidamente, hasta que estalló en carcajadas. Durante las dos horas siguientes, les entretuvo en su suite. Les contó que nunca había escuchado sus discos, excepto cuando su hermanastro le puso "Stairway to heaven". "Me gustó", dijo.
Más tarde, saliendo por el recibidor de la habitación, Page y Plant comentaban su encuentro con el Rey. "Hey", escucharon tras ellos. Elvis había asomado la cabeza por la puerta cantando: "Treat me like a fool... "El siguiente encuentro tuvo lugar en 1974, en un hotel junto al "LA Forum", donde Elvis actuaba. Antes de la visita, se les avisó severamente de que no le hablasen al Rey sobre música. Tras las presentaciones, y una vez se sirvieron bebidas, Bonzo inició una conversación con Elvis sobre coches. En media hora, los guardaespaldas del Rey indicaron que era hora de irse. Mientras salían, Robert Plant dijo con entusiasmo: "Elvis, eres mi ídolo. Gracias por recibirnos". El Rey respondió cantando de nuevo el comienzo de "Treat me like a fool". Robert continuó: "Treat me mean and cruel". Y juntos finalizaron la estrofa: "But looove me". La mejor parte de la visita para Led Zeppelin fue cuando Elvis les pidió unos autógrafos. Dijo que eran para su hija, Lisa Marie.
"Shine on You Crazy Diamond" es una composición de nueve partes de Pink Floyd cuyas letras fueron escritas por Roger Waters como tributo al miembro fundador de la banda Syd Barrett, y música compuesta por Waters, Richard Wright, y David Gilmour. Fue tocada por primera vez en el tour de 1974, y grabada para el álbum conceptual de 1975 Wish You Were Here. La canción fue hecha con la intención de que durara todo un lado del disco, pero resultó serr más larga de lo que un solo lado del vinilo permitiría, por lo que fue separada en dos partes al principio y al final del álbum. Es la canción más larga del grupo (juntando sus dos partes), durando poco más de 26 minutos El nombre de la canción hace referencia a Syd Barrett: Shine on you crazy Diamond. La leyenda dice que, años después de abandonar el grupo, Syd Barrett se presentó de improviso en los estudios de Abbey Road, guitarra en mano, para grabar sus partes pero que su aspecto era tan diferente que ni sus antiguos compañeros fueron capaces de reconocerle. Éste hecho es una verdad a medias. Y es que miembros de Pink Floyd, recordarían el 5 de junio 1975 no solo porque fue el día en que Dave Gilmour contrajo matrimonio, sino también por una inesperada visita que apareció en el estudio. En ese momento, el grupo se encontraba trabajando en las mezclas de ‘Shine on you crazy diamond’. Syd. Barrett ya no formaba parte del grupo, pero ‘Wish you were here’ y ‘Shine on you crazy diamond’ demostraban que seguía estando presente entre los músicos, aunque no fuera física ni presencialmente. Roger Waters trató de explicar de dónde surgió esa inspiración: "No sé por qué empecé a escribir esa letra acerca de Syd. Creo que fue porque el ‘riff’ de Dave tenía un sonido extremadamente lúgubre, eso fue mucho tiempo antes de las sesiones de grabación de “Wish you were here”, Mientras la figura difusa de Barrett revoloteaba en el ambiente durante la grabación, como si Pink Floyd le estuviera invocando, un desconocido vestido de blanco, gordo, con la cabeza y las cejas afeitadas y con una bolsa en la mano se presentó en Abbey Road. Todo el mundo quedó desconcertado ante su presencia. Ese “tipo grandioso, gordo, calvo y lunático”, como lo definió Roger Waters, era Syd. Al menos, lo que quedaba de él. El primero en ser consciente de la identidad del extraño personaje fue Gilmour: “Ese tipo se paseaba por allí, mirando el equipo, y al principio no me fijé bien en él porque pensaba que era alguno de los cerebritos de personal de EMI. Después entró en la sala de control. Estuvo allí durante mucho tiempo y todos susurrábamos: ‘¿Quién coño es este tío?’ Yo fui el primero en reconocerle”. Al principio, Richard Wright no tuvo tan claro quién era el desconocido: “Apareció en el estudio y nadie sabía quién era esa persona. Recuerdo que cuando yo entré, Roger ya estaba allí, trabajando. Me senté a su lado. Diez minutos después, Roger me dijo: ‘¿Sabes quién es ese tipo?’. Respondí: ‘No tengo la menor idea. Suponía que era un amigo tuyo’. Él dijo: ‘Piensa, piensa’. Y yo seguí mirándolo, ¡hasta que de pronto me di cuenta de que era Syd!”. Roger Waters lloró al ver el estado de su amigo y Nick Mason se sintió “horrorizado por el cambio físico”, como relata en su autobiografía: “Ahora no parecía un hombre que tuviera ningún amigo en absoluto. Su conversación era intermitente y no se entendía del todo, aunque, para ser justos, no creo que ninguno de nosotros fuera especialmente elocuente. No tengo ni idea de por qué estaba allí. Nadie lo había invitado, y yo no lo había visto desde que dejó el grupo en 1968”. ¿Qué hacía Syd en el estudio? Nadie tenía la respuesta. El batería comparó la inesperada visita con el personaje clásico de J. M. Barrie: “Resulta muy fácil establecer paralelismos entre aquel Syd y un Peter Pan que regresa para ver que la casa aún sigue allí, aunque la gente haya cambiado. ¿Quizá esperaba encontrarnos tal y como habíamos sido siete años antes, preparados para trabajar otra vez con él?”. Barrett puso al día sobre su vida a sus compañeros: “Bueno, tengo una tele en color… y una nevera. Tengo algunas chuletas de cerdo en la nevera, pero las chuletas se esfuman, así que tengo que seguir comprando más”. También escuchó la reproducción de “Shine on you crazy diamond” sin ser consciente de que él era ese diamante loco y la calificó como “un poco rara”. Después no entendió que los músicos la volvieran a escuchar: “¿Para qué? Ya la habéis oído entera”. El antiguo miembro de Pink Floyd se mostró todo lo coherente que se podía esperar de él y estuvo perdido y ensimismado durante su visita. Tal vez ni él mismo sabía qué hacía allí. A pesar de ello, sorprendentemente preguntó cuándo podía grabar su parte con la guitarra. Sus compañeros le respondieron que ya la había grabado. Syd Barrett se perdió entre la multitud en el bar de EMI durante la fiesta de boda de los Gilmour. Los asistentes lo confundieron con un Hare Krishna. Después se marchó sin despedirse. Los cuatro músicos no le volvieron a ver. Syd Barret, "El diamante Loco", falleció el 7 de julio de 2006 en su hogar de Cambridge, Inglaterra, por complicaciones debido a la diabetes que sufría desde hace años. Tenía 60 años de edad.
Y por supuesto, "Shine on you crazy Diamond" No es la versión completa, esa la puedes buscar tu mismo, Esta versión está grabado por David Gilmour en el Royal Festival Hall de Londres en junio de 2001, como parte del festival de Meltdown.
Posiblemente la mejor canción del mejor grupo de la historia del Rock (pero esto es una opinión mía)
Jeremy es una de las canciones más emblemáticas del grupo Pearl Jam. Fue incluida en su álbum debut Ten (1991) y tuvo dos nominaciones al Grammy de 1993 como mejor canción de Rock y mejor Interpretación de Hard Rock. Y aquí la historia de Jeremy Wade Delle Martes 8 de junio de 1982 Jeremy Wade Delle, un alumno de Richardson High School, descrito como un solitario, se disparó fatalmente delante de sus aproximadamente 30 compañeros de clase. Jeremy, de 16 años, que provenía de una escuela de Dallas, murió instantáneamente después de dispararse en la boca una pistola Magnum, eran aproximadamente a las 9:45 de la mañana.
Debido a que había perdido muchas clases, el profesor de su clase le pidió un permiso de asistencia de las oficinas del colegio. Al volver, Jeremy dijo : "Ya tengo lo que realmente buscaba" Entonces puso el cañón en su boca y disparó, según el Sargento Ray Pennington, portavoz de la policía. Todo ocurrió antes de que los alumnos o el profesor Fray Bernett pudieran reaccionar. El disparo dejó aturdidos a los estudiantes y al personal docente de todo la escuela. Brian Jackson, de 16 años, declaró a la policía que estaba abriendo su taquilla, cerca de la clase de Jeremy, cuando escuchó un sonoro ruido, como si alguien hubiera golpeado una mesa con un libro. "Pensé que se trataba de algún juego", dijo. " Pero entonces vi salir a una chica rubia, llorando". Sorprendido, Brian entró en la clase y vio a Jeremy tumbado en el suelo, sangrando. El profesor estaba junto a la pared, temblando.
Hurricane de Bob Dylan era Rubin Carter, un boxeador de los pesos medios que pasó casi veinte años en prisión injustamente acusado de matar a tres personas en la muy racista Nueva Jersey de los años sesenta. El 17 de junio de 1966, Carter y su amigo John Artis fueron detenidos como sospechosos de un triple asesinato ocurrido en el Lafayette Bar and Grill. Ese mismo año fue juzgado en un juicio lleno de irregularidades y prejuicios raciales y condenado a tres cadenas perpetuas. Este caso se manejó con un perfil muy bajo para que no saliera a la luz, hasta que Bob Dylan en el año 1975 escribió la canción Hurricane a modo de protesta para denunciar este injusto episodio. Tras recibir el apoyo de importantes líderes de la comunidad negra y artistas, en noviembre de 1985 se le dio la oportunidad de presentar nuevas pruebas para demostrar su inocencia. Durante el nuevo juicio de apelación, se reconocieron claros elementos de racismo durante el proceso penal. Se comprobó la corrupción de la fuerza policial y se verificó que se coaccionaron declaraciones y se manipularon pruebas. El juez, ante la evidencia le concedió la libertad inmediatamente. En la actualidad vive en Toronto y se dedica a dar charlas motivacionales, además de ser el director de la fundación AIDWYC (Association in Defence of the Wrongly Convicted) que se dedica a defender los derechos de los presidiarios injustamente condenados. Hasta el día de hoy, dicha organización ha tenido éxito en decenas de casos.
También hay una película sobre la historia llamada The Hurricane, conocida en España como Huracán Carter y en algunos países de Latinoamérica como Huracán, es una película de 1999 dirigida por Norman Jewison y protagonizada por Denzel Washington.
Esos 41 disparos de los que nos habla el Boss en esta composición restallaron la mañana del 4 febrero de 1999, y una buena parte de ellos fueron a parar al cuerpo de Amadou Diallo, un inmigrante africano de 23 años que, delante de cuatro policías, fue a sacar la documentación del bolsillo con un movimiento que ellos interpretaron como el de sacar un arma. Durante la interpretación de «American skin», Springsteen sube la tensión dramática repitiendo una y otra vez «41 shots». Y siempre que la canta en directo, pide silencio al público. El jefe de policía de Nueva York y el alcalde, Rudolph Giuliani, atacaron duramente al Boss por esta canción, que publicó junto a la E Street Band en su disco «Live in New York City» de 1986 (Con subtítulos)
«The Lonesome Death of Hattie Carroll», perteneciente a su álbum "The times they are a changin" de 1964. En ella, Dylan nos narra la cruel muerte, el 9 de febrero de 1963, de Hattie Carroll, una camarera negra de 51 años y madre de 10 hijos. Su asesino fue un cliente blanco, de 24 años, rico y borracho, llamado William Zantzinger. Según este explicó durante el juicio, le dio un golpe en la cabeza con su bastón porque había tardado en traerle la bebida. Nadie ayudó a Hattie, que murió al día siguiente. Zantzinger fue condenado a seis meses de cárcel (que eludió) y a una multa de 500 dólares por homicidio, ya que la defensa arguyó que ella había muerto debido a una enfermedad previa y no exclusivamente por el golpe. Décadas más tarde, el protagonista de la historia declaró que Dylan le había amargado la vida. "Algo es algo"
(Letra traducida)
La solitaria muerte de Hattie Carroll
William Zanzinger mató a la pobre Hattie Carroll
con un bastón que giraba en torno al diamante de su anillo
en una reunión social en un hotel de Baltimore.
Y llamaron a la policía, y le quitaron el arma,
mientras lo llevaban custodiado hacia la comisaría.
Y acusaron a William Zanzinger de asesinato en primer grado.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticáis el miedo,
quitaros el trapo de la cara,
que no es momento para vuestras lágrimas.
William Zanzinger, que a los 24 años
poseía una granja de tabaco de 600 acres,
con unos padres ricos que le protegían,
y con sus relaciones de altura en la política de Maryland,
reaccionó a su condena con un encogimiento de hombros.
Y juró, y se rió sarcásticamente,
y gruñó.
En cuestión de minutos estaría en libertad bajo fianza.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticáis el miedo,
quitaros el trapo de la cara,
que no es momento para vuestras lágrimas.
Hattie Carroll era sirviente de cocina.
Tenía 51 años, y dio a luz a diez niños,
que le recogían los platos y sacaban la basura.
Y nunca se sentó en la cabecera de la mesa,
y nunca habló con las demás personas de la mesa,
que se ventilaban toda la comida sobre la mesa.
Y vaciaba sus ceniceros en un agujero.
Fué asesinada en un momento, por el golpe de un bastón
que atravesó la habitación por el aire,
condenado a acabar con lo más dulce.
Y nunca le hizo nada a William Zanzinger.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticais el miedo,
quitaros el trapo de la cara,
que no es momento para vuestras lágrimas.
En el tribunal de honor, el juez golpeó con su mazo,
para mostrar que todos somos iguales
y que las leyes son correctas.
Y que las líneas de los libros
no pueden ser cambiadas ni persuadidas,
y que incluso los ricos son castigados,
una vez que la policía los ha perseguido y capturado.
Y que la escalera de la ley no tiene ni principio ni final.
Con la mirada fija en la persona que mató sin motivo alguno,
que hizo lo que hizo sin sentir nada,
habló desde su toga, profunda y distinguidamente.
Y condenó fuertemente, como duro castigo,
a William Zanzinger con una sentencia de 6 meses.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticáis el miedo,
Detrás de “I don’t like Mondays” de Bob Geldof hay una absurda e irracional tragedia. El lunes 29 de enero de 1979, la niña Brenda Ann Spencer estrenó un rifle semiautomático que su padre le regaló por Navidad disparando a los alumnos de su escuela situada al otro lado de la calle. Seis horas, dos muertos y nueve heridos después la joven Brenda habló con la policía para argumentar sus motivaciones: “No me gustan los lunes”. Este siniestro tiroteo ha sido pionero e inspirador de otras tantas historias con armas, adolescentes y colegios en un país en donde en Navidad se regalan pistolas por peluches. La trascendencia de la historia y su canción supuso un punto de inflexión en conscientes y subconscientes, pero no queda claro si para hacer del error un espacio de aprendizaje o para crear una triste sugerencia a imitadores. La fría mañana del lunes 29 de enero de 1979, Brenda despertó de la rutina para fabricar un infierno. Nada calculado ni premeditado, simplemente inspirado por la desidia de un lunes cualquiera. A primera hora de la mañana Brenda se parapetó en la ventana de su salón con vistas directas a la escuela primaria Grover Cleveland, (su propia escuela), y lanzar un ataque sin trama ni proyecto. Ráfagas de apatía para despertar los flujos de adrenalina. Al otro lado de la calle, un colegio recién abierto recibía manadas de niños mezcladas con balas sin dueño ni destino. En ese momento sólo dos adultos se encontraban a las puertas de la escuela. Las dos únicas víctimas mortales: el director Burton Wragg y el celador Mike Suchar. Ambos comenzaron, entre empujones y gritos, la evacuación apresurada desde las posibles trayectorias. Uno de los primeros heridos fue Chris Stanley, un niño de 9 años traumatizado de por vida que perdió un trozo de corazón pero salvó la existencia al librarse de los disparos que absorbió Wragg con su cuerpo al socorrerle. Michel Suchar, el celador, murió en su intento de proteger a su jefe Wragg. Cadena de favores jerarquizados para un desenlace digno de trincheras. El tiroteo duró más de 6 horas, hasta que Brenda termino con la munición que acompañaba ‘su’ regalo de navidad. El despliegue policial abusó de medios y careció de efectividad ya que ocho alumnos y un policía fueron damnificados físicamente y toda una comunidad conmocionada por la abulia de la adolescente. Tras la captura, las primeras y únicas declaraciones de una indulgente Brenda fueron: “No me gustan los lunes. Sólo lo hice para animarme el día. No tengo ninguna razón más, sólo fue por divertirme. Me gustan el rojo y el azul de las chaquetas de los alumnos, vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos. Eran blancos fáciles.”
Los tiburones blancos son conocidos por ser peligrosos; aún así, hay personas que se declaran grandes admiradores de ellos. Para poder atraerlos utilizan comida, pero ahora podrían usar otro método, uno menos convencional: la música de la banda australiana AC/DC. Matt Waller, operador de la compañía turística “Adventure Bay Charters”, ha observado que cuando hacen escuchar “Shook me all night long” y “Back in Black”, estos animales son atraídos hacia la música. Según las declaraciones de Waller a Australian Geographic, él no se explica esta situación. “Los tiburones probablemente son atraídos por alguna baja frecuencia que encuentran en la música de la banda australiana”, dijo. Por ello quiere probar su teoría, reuniendo canciones y probándolas en los tiburones para poder identificar la característica que tienen en común.
Ahí va un pasaje de uno de los libros de imprescindible lectura del mundo del Rock. I am Ozzy (Confieso que he bebido). La biografía de Ozzy Osbourne, editado por Global Ryhthm.
INFORME MÉDICO HIDDEN HILLS, CALIFORNIA. - Bien señor Osbourne, quiero preguntarle algo- dijo el médico-. ¿Ha tomado alguna vez drogas recreativas? - Bueno –dije con una tosecilla-, una vez fumé un poco de marihuana. - ¿Y ya está? - Sí, ya está. - ¿Está seguro? - Bueno –dije con otra tosecilla-, también un poco de speed. Pero hace mucho tiempo. - ¿Así que un poco de marihuana y un poco de speed? - Eso es, sí. - ¿Está absolutamente seguro que sólo ha sido marihuana y un poco de speed? - Hombre, en otra época me hice alguna que otra rayita de farlopa- le dije; empezaba a sentirme confuso. - Entonces, ¿Marihuana, speed y… algunas rayas de cocaína? - Sí, eso vendría a ser todo. - ¿Y está seguro de eso? - Ajá. - Quiero estar absolutamen… - ¿La heroína cuenta? - Sí, la heroína cuenta. - Ah, entonces heroína también. Pero sólo una o dos veces. - ¿Seguro que fueron sólo un par de veces? - Sí, sí, seguro. La heroína es una puta mierda de droga. ¿La ha probado usted? - No. - No me va. Se vomita demasiado. - Efectivamente las nauseas pueden ser intensas. - A mí lo que me parece un desperdicio es el alcohol. - De acuerdo –me cortó el médico-, vamos al grano- ¿Hay alguna droga que NO haya tomado señor Osbourne? - No, ninguna que yo sepa. Más silencio. Finalmente el médico dijo: - ¿Y que me dice del alcohol? Ha mencionado usted que bebe. ¿Cuántas unidades al día? - No sé. Unas cuatro, más o menos. - ¿Puede ser más específico? - Botellas de Hennessy, pero depende. - ¿De qué depende? - Hombre la cerveza cuenta, ¿no? El médico sacudió la cabeza, suspiró y se frotó los ojos. Luego preguntó: - ¿Fuma usted, señor Osbourne? - De vez en cuando. - Menuda sorpresa- ¿Cuántos al día, diría usted? - Treinta y alguno. - ¿Qué marca de cigarrillos? - No, no, puros. Los cigarrillos no los cuento. El médico empezó a ponerse muy pálido y dijo: - ¿Cuánto hace que mantiene esta rutina diaria? - Pues casi 40 años. - ¿Hay algo más en su historial médico que deba saber?- preguntó el médico. - Veamos- dije yo-, una vez me atropelló un avión; bueno casi. Y me he roto el cuello montando en quad. Durante el coma morí dos veces. También he tenido sida durante 24 horas. Y he creído tener esclerosis múltiple, pero resultó ser temblor de Parkinson. Y una vez me partí la chasca. Ah, y he tenido gonorrea unas cuantas veces. Y un par de convulsiones, como aquella vez que tomé codeína en Nueva York, o cuando me metí la droga de los violadores en Alemania. Y eso es todo, en serio, a menos que quiera incluir el uso de medicamentos con receta. El médico asintió. Luego carraspeó, se aflojó el nudo de la corbata y dijo: - Tengo otra pregunta que hacerle, señor Osbourne. - Adelante, doctor. -¿Por qué sigue usted vivo?